Cuando el Registro nacional inició su programa de modernización, fue el proyecto de identidad electrónica (eID) más ambicioso y extenso del mundo en esa época. Ningún otro país había intentado una implementación a gran escala para que la tarjeta de identidad electrónica fuera un documento obligatorio para todos los ciudadanos mayores de 12 años del reino. Desde entonces, el uso del documento se ha ampliado para incluir a los residentes extranjeros en Bélgica, a niños menores de 12 años y otras diversas aplicaciones públicas y privadas. La eID se ha convertido en una herramienta importante para la interacción entre los ciudadanos y las autoridades, para garantizar la seguridad de las transacciones en línea y para facilitar el comercio electrónico.
Encontrar un socio confiable que satisfaga los exigentes requisitos de seguridad y tecnología
Uno de los mayores desafíos de implementar la eID radicaba en la elección del socio adecuado capaz de encargarse de cada etapa del proceso. Hasta entonces, especialistas en impresiones de seguridad elaboraban los documentos de identidad en papel por separado.
Cuando los documentos de identidad se transformaron en electrónicos, surgió la necesidad de encontrar a un integrador que pudiera manejar todos los aspectos técnicos. La elaboración de tarjetas de identidad para los ciudadanos también exige un gran nivel de seguridad, debido a la manipulación de datos confidenciales. En Zetes, las autoridades belgas encontraron una empresa capaz de implementar y administrar las etapas de elaboración y personalización de alta seguridad. Estas capacidades permitieron que Zetes proporcionara tarjetas de policarbonato, servicios de personalización y transporte seguro de documentos confidenciales a los municipios con plena trazabilidad.
Diversos proveedores participaron en el proyecto. A fin de garantizar altos niveles de comunicación y coordinación entre los involucrados, Zetes también quedó a cargo de todo el proyecto, desde la solicitud inicial de una eID de parte de un ciudadano hasta la distribución final de las tarjetas.